Eufrosina Cruz Mendoza, de 27 años, se ha convertido en el referente de la lucha de las mujeres indígenas del Estado de Oaxaca que reclaman el derecho a participar en la vida política. Desde el 4 de noviembre esta joven de la etnia zapoteca libra una batalla desigual que ha puesto sobre la mesa los abusos de la tradición ancestral de usos y costumbres en las comunidades indígenas. En 100 municipios de Oaxaca, regidos por esas prácticas milenarias, la palabra de la mujer no existe en las leyes comunitarias, lo que le impide votar y participar como candidata en las elecciones municipales.
Contra viento y marea, Eufrosina quiso ser alcalde de Santa María Quiegolani, un municipio donde el poder político está exclusivamente en manos de los hombres. Lo intentó, inscribió su candidatura al margen de la asamblea del pueblo, y sus papeletas acabaron en la basura. La mujer no tira la toalla y ha puesto en pie el Movimiento Quiegolani por la equidad de Género, que crece como una mancha de aceite en tierras indígenas de Oaxaca y amenaza a otros Estados.
Sus enemigos en el pueblo dicen que está loca y que hay que pararla como sea, con un balazo si es preciso.Y doña Guadalupe Mendoza, de 67 años, madre de Eufrosina, no logra conciliar el sueño, porque el miedo se apodera del cuerpo. Sabe bien cómo las gasta la gente mala. LEER MÁS