Por Ruth Cañadas Cuadrado “Hace tiempo que mi cuerpo me está pidiendo
a gritos que destete a Emma. Lleva un tiempo enviándome señales que yo no he
querido ver.
Emma ya
estaba destetada por la noche. Ya solo mamaba de vez en cuando por el día y
únicamente cuando las dos queríamos. Ese es el acuerdo que teníamos pero a
veces nos costaba cumplirlo, a las dos. Y... no lo llevábamos bien, la verdad.
Me ha
costado ver que necesitaba poner fin a esta etapa. Quizás porque sé que ya no
volveré a gestar vida en mi interior (esa etapa ya la cerré). Quizás porque sé
que ya no volveré a parir. Quizás porque sé que ya no volveré a tener a un
cachorro en mis brazos que me mire a los ojos enamorado mientras mama de mis
pechos, mientras una gota de leche le resbala por su boquita.” LEER
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