Por
Raúl Cosano. Una investigación de la Universidad
de Barcelona con documentos inéditos da fe de la intensidad de la ejecución de mujeres.
Los tribunales de Reus, Alcover o Montblanc fueron prolíficos en sentencias. A
Ángela Cebriana, de Reus, la salvó el Tribunal del Sant Ofici de Barcelona. Fue
acusada de brujería, pero en 1597 se desestimó su causa. Lo mismo le pasó a
Tecla Prats, de Montblanc, que en 1549 fue absuelta y redimida de la horca –o
la hoguera– en el último momento. Menos suerte tuvieron las nueve mujeres
ejecutadas en 1548 por el Consell Municipal de Tarragona. LEER MÁS