Por
Marion Woodman. “…La delicada transformación que se produce en la crisálida es
una transformación crepuscular entre el pasado y el futuro. Una parte de
nosotros sigue mirando hacia atrás, añorando la magia de lo perdido; otra se
alegra de despedirse de nuestro pasado caótico; otra observa hacia delante con
todo el valor que logra reunir; otra se entusiasma ante las posibilidades de
cambio; otra se queda inmóvil, sin atreverse a mirar en ninguna dirección. Quienes
aceptan conscientemente a la crisálida, ya sea en el psicoanálisis o en su vida
diaria, aceptan la paradoja de la vida y la muerte, una paradoja que adopta
distintas formas en cada nueva espiral de crecimiento…” LEER MÁS