• El infierno en que viven las mujeres refugiadas en Europa


En las oficinas de Médicos sin Fronteras se acumulan los certificados médicos y legales de violencia sexual. Se guardan allí durante diez años. Por si las mujeres agredidas deciden utilizarlos para denunciar. Son miles. La mayoría de las víctimas nunca los solicitarán. Simplemente mantendrán la vista fija en el horizonte y seguirán adelante. Algunas fueron violadas cuando la milicia asaltó la aldea. Otras durante la huida. O en el campamento de refugiados. Quizá fue un guerrillero. O un vecino. O un maestro. O un casco azul. Cada año, decenas de miles de casos certificados de violación. Imposible saber el número real, que es muy superior a lo que imaginamos. LEER MÁS