Los árboles
nos dan muchas cosas: sombrea, aire fresco, lugares donde las criaturas
silvestres pueden hacer sus nidos, ramas para encender fuego, bastones o
manualidades, hojas para decorar, nueces y frutos para comer o admirar. Ellos
tienen un espíritu generoso y amigable –nosotros nunca hemos encontrado un
árbol que no nos gustase-. A los niños les gusta abrazarlos y los que son
sensibles a estas cosas van a notar sus diferentes personalidades, reconociendo
cómo cada uno de ellos es un amigo especial y valioso. LEER MÁS