· La Diosa en la mitología de la Vieja Europa

En las sociedades prehistóricas, a la Gran Diosa Madre de la Tierra se la representaba con anchas y maternales caderas, y grandes y sensuales pechos. Era la personificación de la fertilidad, la vasija donde vida se gestaba. Cuando el cazador primitivo regresaba victorioso, se ponía los cuernos de sus presas y copulaba con una mujer fértil elegida al efecto. Ella representaba a la Madre Tierra y él al Dios Cornudo, su hijo. Se creía que en virtud de esta poderosa unión cualidades extraordinarias incrementarían la capacidad para sobrevivir y prosperar en la vida de toda la tribu.

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