Por Jeff Brown. Te pido disculpas por mi incapacidad de distinguir al guerrero
benevolente del guerrero sin corazón, una reflexión de mi propia confusión al
debatirme con las batallas de tiempos pasados. Cuando abrí demasiado mi
corazón, fui vulnerable a ataques de varias formas. Estaba acostumbrado a creer
que tenía que permanecer rígido, enfocado, preparado para cualquier
eventualidad, con el deseo de protegerme a mí mismo y a otros de algún ataque.
Pero fui muy lejos, me encerré demasiado y erradiqué el puente entre nuestros
corazones. Ahora me doy cuenta de esto y me arrepiento. LEER MÁS