Por
Najat El Hachmi. “…Casi ya lo habíamos
conseguido, ya habíamos olvidado que nuestras carnes pudieran ser campo de
batalla. Y de repente nos llega la fotografía que plasma una agresión en toda
regla: dos policías se acercan a una mujer en Niza y la obligan a desvestirse.
Estaba la señora allí tumbada, ni siquiera había entrado en el agua, pero los
policías no se fueron hasta que ella enseñó bastante carne. Un puñetazo, una
humillación. Porque es mujer, porque su origen, reciente o remoto, es el que
es, porque es de una clase social determinada. No se atreverá, no, el francés
que gobierna a hacer desvestir a las mujeres de los jeques del Golfo que se
pasean por los Campos Elíseos negras hasta los ojos.” LEER MÁS