TEXTO DE GOYO MARTINEZ, ENVIADO POR MARIVI FRANCÉS DE ARBOLEDA DE LAS HIJAS DE GAIA
Siento un respeto reverencial por la mujer, de cualquier condición, origen, creencia u orientación sexual. Pienso –en una reflexión que tomo como axioma-, que la mujer es el verdadero motor de la vida, teniendo en cuenta que la vida es bella y el mundo es cruel. Soy tenaz y acérrimo enemigo de aquellos hombres cobardes, bastardos a lo más, que maltratan a la mujer y, aunque no soy partidario de tomarme la justicia por mi mano, en más de una ocasión los sometería en una plaza pública a la misma tortura que ellos, incapaces en tanto que primitivos, someten a las mujeres.
Cuántas veces oímos frases como ¿cuántos años debe tener esa mujer?. Yo me quedo mirando a quien formula la pregunta y, una y otra vez, le diría como una eterna letanía: “las mujeres como ella no tienen edad, nunca tendrán edad”.
Y maldigo, por injusto, este tiempo en que aún se ve obligada a decirse “somos mujeres, nuestras elecciones son siempre difíciles” porque la mujer sostiene la mitad del cielo. Una vez leí, y es momento de reiterarlo: “la humanidad posee dos alas: una es la mujer, la otra el hombre. Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas, la humanidad no podrá volar”.