TEXTO DE PILAR RODRIGUEZ MENDEZ DE ARBOLEDA DE GAIA
Cuenta la leyenda de la tradición no escrita de la Diosa de la vieja Europa que para las mujeres sabias, brujas, hechiceras, transmisoras de la sabiduría ancestral, había unos momentos del año que nunca se olvidaban de celebrar.
Cuando llegaban los primeros días de febrero se apartaban de sus quehaceres diarios, se ponían ropas blancas y azules que ellas mismas cosían durante el año y dedicaban todo el día a prepararse para una gran celebración.
Después del crudo invierno y con la nariz todavía fría por sus idas y venidas a buscar agua a la fuente, atender el ganado y preparar la tierra para la siembra; en ese momento el tiempo se paraba para renovarse y su cuidado en los preparativos las conectaba con algo que iba más allá de lo comprensible. LEER MÁS