"¿Qué es amar? Es una atracción, un atractivo. Pero esa atracción es el vestíbulo del amor. Es un sentimiento, pero aún no es el amor. ¿Qué sucede cuando se ama de veras? ¿Qué se dice al otro desde lo más hondo de uno mismo? Se dice: "Te amo, tengo fe en ti. Llevas en ti tu devenir y mi amor te ayudará a convertirte en aquel o en aquella que has de ser, y no en aquel que yo querría que fueses. Veo en tí lo que tú aún no ves: el potencial que desarrollará en tí lo que eres. La eclosión de tu ser". Entonces este amor recíproco se convierte en amor que hace ser. Cada uno en su diferencia, pero ambos armonizados por el amor, porque el amor lo ha purificado todo. Esta atracción del amor hacia la diferencia del otro es el dinamismo existencial.Siempre digo que el amor entre el hombre y la mujer tiene como meta la divinización del ser humano y hablo de tres clases de paz:
- La paz del dominio que puede generar ilusión por algún tiempo, pero que siempre acaba en guerra.
- La paz de la conciliación: se hacen concesiones mutuas, pero se nos quedan en el estómago y un buen día aparece el rencor.
- La paz más allá de las cosas, la paz de la comunión: Cuando se establece ambos ascienden juntos.
El amor nos lleva a la superación de nosotros mismos. Hace rodar la piedra que abre el sepulcro en el que estamos encerrados. Es el comienzo de la resurrección, es Dios que nos aspira, que nos atrae como atrae el imán las limaduras de hierro. Y para el que tiene ojos para ver, esa atracción es recíproca. Pero siempre podemos rechazarlo, porque el amor es LIBRE. No se impone. Si Dios pone en nosotros la semilla del amor, nos corresponde a nosotros la decisión de dejarla crecer." Extracto de Margueritte Hoppenot